Las condiciones lumínicas afectan a nuestra visión, con el cambio de hora ocurre un cambio en dichas condiciones lumínicas.
Resulta fácil comprobar que la capacidad de un ojo para discriminar detalles, conocida como Agudeza Visual (AV), varía en función de la cantidad y tipo de luz. Sólo tenemos que comparar nuestra visión en carretera a las 11:00 de la mañana con la que tenemos a las 23:00.
Dado que pasamos gran parte de las horas del día trabajando o en la carretera, analizaremos cómo afecta a nuestra visión el cambio de hora en estas situaciones.
En el trabajo, pensemos en un despacho u oficina, suelen darse dos problemas: la fatiga visual y el síndrome de ojo seco.
Con el cambio de hora se hace de noche más pronto, las horas de trabajo por las tardes estarán iluminadas artificialmente, cuidemos el color de la luz (no usemos luces cálidas) y evitemos luces discontinuas (tubos fluorescentes).
Tener nuestra zona de trabajo bien iluminada reducirá nuestra fatiga visual.
Iluminemos nuestro despacho (luz ambiental) pero no olvidemos iluminar nuestra zona de trabajo (luz puntual), evitaremos así sombras y excesivos reflejos sobre las superficies de trabajo.
Hoy en día son imprescindibles los tratamientos antirreflejantes sobre nuestras lentes, de hecho disponemos de una gran variedad de ellos para adecuar las gafas a las necesidades del usuario logrando reducir la fatiga visual.
El Síndrome de Ojo Seco se potencia con el uso de la luz artificial, sobretodo cuando no está bien resuelta la iluminación y el paciente tiene problemas de enfoque. Éstos problemas de enfoque le obligan a reducir su frecuencia de parpadeo y aumenta el flujo evaporativo lagrimal con lo que se agrava la sintomatología del ojo seco.
En la carretera vamos a tener que conducir con menos luz, esta situación hará que nuestras pupilas se dilaten y cualquier pequeño defecto refractivo nos moleste más (mala visión, deslumbramientos, cefaleas, fotofobias…), el resultado será un incremento en el tiempo de reacción alargando la distancia de parada.
Revisiones periódicas, una buena ergonomía visual en nuestro lugar de trabajo y cuidar el estado de nuestras gafas y/o lentes de contacto son la solución para estos problemas.
